jueves, 10 de noviembre de 2011

Efímera descripción de un ente casi Humano... Yo

Conocer… Es tan bello conocer y tan inagotable el horizonte sobre el que conocemos, que hoy quiero dar las gracias a todos por abrir esa puerta a una forastera del camino, por permitir que el telón suba para iniciar esa obra satírica y dramática, inacabable, pero hermosa y renovada, por la luz y la oscuridad que la envuelven, esa obra es un encuentro único, irrepetible en cada ser… Esa obra es la cotidianidad amenazante, inevitable, pero que siempre puedes rociar con la panacea de la novedad...

Hoy puedo decir que me conozco menos que mañana, pero un poco más que ayer, es la mirada, es la sonrisa la que encarna el verdadero tinte de mi ser.

Quiero mostrar algunas de las palabras más esquivas, sí, de esas palabras caprichosas que aunque mucho se plasma en el papel, pocos afortunados pueden leer, y aun más pocos logran comprender.

Hoy sé que la tinta que se transforma en letra encarna en espíritu, escapa del caos para establecer su propio desorden ordenado.

En mis escritos verán un pasado que embriaga mi presente y un futuro que quiere apresurarme para tomar el tren de lo ya vivido, pero sé que habrá tiempo para seguir, para llorar, para reír, para saltar, para gritarle al mundo “atún” para llenarlo de mierda.



Quizá hace algunos meses yo no hubiera imaginado que me empezaría a conocer, que experimentaría un nuevo tipo de locura, que me haría pupila de la incoherencia más sutil, pero hoy puedo decir que he emprendido un sendero de esos que no parecen llevarme a ningún lado, pero que disfruto cada paso que doy en dirección a lo incierto.

Con el tiempo he aprendiendo también que la locura no es enemiga de la cordura, que en el universo de lo insano he adornado a la razón para que allí ella se crea la reina, para que gobierne sobre todo, menos sobre el corazón.



Cuando muestro mi rostro, no muestro solo uno, muestro todo lo que a mi representa, INTERACT, mis búsquedas, mis amores, mis recuerdos, mis “callese”, mis amigos y mis nostalgias.

Nunca la naturaleza me ha dado ínfulas para exigir nada a nadie, así que en medio de la modestia que ha de ser mi origen y mi fin, espero no dejar nunca de sorprenderme a mi misma, ni de sorprender a las personas que me quieren, no dejaré nunca de cambiar, porque de eso se trata la vida, de crecer, de morir y de renacer, teniendo siempre nuestra esencia como la inmutable garantía de conservar lo que realmente somos en medio de la metamorfosis.

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