jueves, 10 de noviembre de 2011

Segunda Carta a JM

El tiempo que brilló Aquel lugar que era claro y blanco, Ahora es el tiempo que recobramos cada lúgubre día.
El latido de la vida seguirá sonando en la soledad.
Grabé mi voluntad en mi pecho, para recordarme que te buscaría eternamente.
La niebla matutina en el cielo brillante Produce una sombra oscura sobre la tierra...

El inicio de una pequeña debilidad ha comenzado a crecer en mí.
Esta soledad dentro de mi corazón me quema profundamente.
Abandono el pasado al cual no puedo volver, y vivo  con la certeza de que algún día las lágrimas caerán por la felicidad que reflejan mis ojos.
El sueño seco comenzará a humedecerse, y ahora la luz y la sombra se han unido en mi pecho.
Mientras avanzo, las imágenes de los ideales se rompen y desaparecen las Grandes alas oscuras y  los dañados Pensamientos que vuelan hacia el fin del cielo nocturno.


Siempre, siempre, por siempre
no sabes cuanto te recuerdo
A tí, quien ha llegado a ser mi más hermosa estrella...


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